martes, 1 de abril de 2008

La argumentación

La argumentación, en un sentido amplio, fue ya definida por Aristóteles en la Retórica (una de las primeras obras que reflexiona sobre el tema) como la acción del lenguaje a través de la cual se busca persuadir de algo a una audiencia. Esta audiencia puede estar conformada por una o varias personas, o ser incluso el mismo hablante. Teorías mas recientes indican que la argumentación no solo busca que el interlocutor admita una conclusión, sino que además lo incita a que adopte determinados comportamientos o realice determinadas acciones.

En este sentido la argumentación esta presente en gran parte de los discursos cotidianos, públicos y privados: en una conversación familiar, en una asamblea, en el parlamento, en una conferencia académica, en una apelación ante el juez, en una nota de opinión periodística, en una publicidad, entre otros. Como veremos, algunos discursos para lograr su objetivo persuasivo, se orientarán más hacia la racionalidad, de modo que buscarán proporcionar razones en su argumentación. En cambio,otros se inclinarán más hacia la emotividad y buscarán conmover afectivamente a su destinatario.

En todos los casos, los discursos argumentativos, dado que se desencadenan siempre a partir de un problema o una cuestión opinable, es decir, que es objeto de debate y polémica, son marcadamente subjetivos. En ellos el enunciador toma postura ante el problema y se propone persuadir a los otros sobre "su" verdad, por lo cual se hace presente en su discurso a través de marcas explícitas (uso de primera persona, de modalizaciones, de enfatizadores, de un texto valorativo, entre otros) Se trata de un enunciador que esta fuertemente identificado con lo que sostiene, que asume su responsabilidad discursiva y se hace cargo de sus palabras.

Como han destacado CH. perelman y Olbrechts-Tyteca es muy diferente la argumentación de la demostración. Mientras esta última, propia de la lógica formal, se expresa en un lenguaje formal (y por lo tanto no ambiguo), se desarrolla a partir de las reglas previamente fijadas y aceptadas como válidas y arriba a conclusiones verdaderas o falsas, la argumentación se expresa en las lenguas naturales (de por sí ambiguas), se desarrolla a partir de la estrategias que siga el orador y arriba a conclusiones que siempre son discutibles. Por esta razón se afirma que la argumentación adquiere validez en relación con el sistema de creencias y valores de un grupo sociocultural, que puede estar más o menos extendido y tener mayor o menor grado de incidencia social.


Toda argumentación tiene un carácter dialógico, es decir, presupone un diálogo con el pensamiento del interlocutor para transformar su opinión, de aquí se deduce la necesidad de tener en cuenta al destinatario (identificarlo, conocer sus gustos, sus valores, preveer su opinión).

Como practica social, la argumentación implica una forma específica de interacción ante la presencia de una discrepancia o conflicto. Tanto en la participación en distintas instancias de la vida pública, como en el ámbito privado, la argumentación ofrece una alternativa a las formas directas de la imposición o la violencia para resolver situaciones problemáticas en las que no existen consenso. Desde un punto de vista pragmático, la argumentación es un acto de habla complejo cuyo propósito es contribuir a la resolución de una diferencia de opinión.

Estructura de los textos argumentativos

La argumentación es una de las construcciones discursivas mas complejas que ha dado pie a investigaciones sociológicas, filosóficas, históricas, lingüísticas, entre otras, que la han definido y caracterizado de distintas maneras.

Los pilares donde se asienta la argumentación estan dados en la secuencia argumentativa:

1- Hipótesis o Tesis
2- Argumentos (intentan demostrar la validez de nuestra aserción)

Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte importante de su efectividad en la buena organización de las ideas con las que se pretende convencer o persuadir. De entre las variadas formas con las que se puede manifestar este modo de organizar el discurso, analizaremos la estructura más habitual establecida ya en la Antigüedad por la retórica clásica. Todo texto argumentativo se articula en torno a cuatro partes fundamentales:


1. Presentación o introducción

Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar la atención del destinatario y despertar en él el interés y una actitud favorable.


2. Exposición de la tesis

La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación.

Una tesis puede ser una opinión subjetiva, en el caso de la argumentación informal; en cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación, la tesis tiene que ser una hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis que no se apoye en argumentos racionales no constituye una argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las afirmaciones demostrables científicamente constituyen argumentos válidos en un texto científico-técnico.

Al defender una opinión suele adoptarse una de estas tres posturas argumentativas:


a) Postura positiva: el emisor-argumentador aporta argumentos que apoyan su tesis (argumentación positiva o de prueba).

b) Postura negativa: se ofrecen razones que refutan o rechazan argumentos contrarios al propio punto de vista (argumentación negativa o de refutación).

c) Postura de concesión: se aceptan algunas razones ajenas (concesiones) y se aportan argumentos propios.


3. Cuerpo argumentativo

Una vez expuesta la tesis o hipótesis, empieza la argumentación propiamente dicha. Se trata bien de justificar la tesis con la presentación de pruebas y argumentos variados (argumentación positiva), refutar la tesis contraria, o admitir algún argumento contrario (concesión) para contraargumentar.

Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de estrategias argumentativas. Puede recurrir a las citas de autoridad y a la ejemplificación, a la analogía, a la exposición de las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus ideas, al refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo, resultados estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de posibles objeciones a la tesis adoptada.


4. Conclusión

Se recuerda al interlocutor la tesis, las partes más relevantes de lo expuesto y se insiste en la posición argumentativa adoptada.

Es importante al momento de escribir nuestro texto no incluir más de una argumentación por párrafo e ir encadenando cada idea con el conector apropiado


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